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Centro Social "El Cortijo"
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Pistas de San Lázaro


Nuestra historia

Corría el año 1984, un tiempo en el que un importante contingente de atletas, mayoritariamente femenino, engrosaban los equipos del Real Grupo Cultura Covadonga, en la vecina Gijón. Viendo el ejemplo, algunos miembros de ese grupo, al que no tardaría en sumarse un buen puñado de amigos y allegados, se plantean la posibilidad de que los atletas carbayones no emigren dentro de su propio territorio y puedan desarrollar su talento en la misma urbe que les vio nacer. En este clima nace, gracias a unas aportaciones económicas de unos cuantos entusiastas (ese dinero hoy no darían, ni para invitar a los colegas al cine) el club Oviedo Atletismo.

El tema de la "pasta" ha mejorado con los tiempos, aunque seguimos definiéndonos como una entidad humilde, cuyos ingresos proceden en su mayoría de las subvenciones otorgadas por el Ayuntamiento de Oviedo y otra serie de instituciones del Principado de Asturias.

El resto del montante viene de la mano de la organización y colaboración de toda suerte de eventos deportivos; competiciones escolares a nivel regional, de clubes a nivel nacional... arduos trabajos en los que arriman el hombro entrenadores, atletas y directivos.

Nuestro principal punto de atención es la cantera, cuidada con mimo en las Escuelas Deportivas y atendidas por monitores cualificados. Allí se hace una primera selección de los chavales más prometedores, los que pasarán al segundo nivel, representado en el Centro de Tecnificación Deportiva, donde los atletas son moldeados por entrenadores nacionales o licenciados en INEF (en ocasiones ambas cosas a la vez.). El siguiente estadio es el ingreso en los diferentes grupos de entrenamiento (vallas, lanzamientos, carreras o saltos).

Dos décadas pasan volando, cierto, pero dan para mucho. Como por ejemplo, bajo el finalizado patrocinio de la empresa Botas, para que los equipos femenino y masculino de División de Honor se colasen en la élite del atletismo nacional con un segundo y un tercer puesto respectivamente. Posteriormente la dureza de la pista nos desposeería de tal privilegio, agrupándonos en la Primera División. Actualmente los chicos continúan su militancia en esta categoría, aunque preparan con fuerzas el asalto a las alturas y las chicas han vuelto a la División de Honor, luchando cada año por mantenerse entre los grandes equipos nacionales.

La fuerza de su cantera quedó plasmada con gratitud en el triplete de Copas de Clubes de pista cubierta que atesoraron sus féminas júnior en las campañas 1995, 96 y 97. Incluso, en el transcurso de ese trienio dorado, se impusieron al aire libre, y fueron designadas como representantes españolas en al Campeonato de Europa de Clubes.

En el apartado de nombres propios la calidad se funde con la tinta que escribe la historia: Teresa Rioné, Teresa Hortelano, María Luisa Muñoz, Carmen García-Campero, Carmen Montsegui, Antonio Peula, Alfredo Lahuerta, Francisco Botonero, Adelino y Lorenzo Hidalgo, Miguel Ángel Prieto, Ignacio Huedo, Aliuska López, Magnolia Iglesias, Rocío Álvarez, Susana Regüela...

En el haber del orgullo también coleccionamos muescas ilustres. Por ejemplo, la propuesta de Javier Sotomayor al Premio Príncipe de Asturias, que le sería concedido, en el año 93, y ocho años después de subir un poco más a las alturas al genial saltador cubano, el Ayuntamiento de Oviedo nos nombró Mejor Entidad Deportiva.

Muchos logros que a más de uno pueden invitar al sueño, al relajamiento que se siente cuando uno centra sus energías en contemplar la sala de trofeos sin mirar el día de mañana sin más ojos que los del conformista. Por suerte no es el caso.